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LA OPORTUNIDAD COMERCIAL DEL FUTURO

En el evento “Bio 2001” realizado en Bogotá con la participación de más de 100 empresarios ecológicos que en ese entonces, año 2001, lideraban en varios países centro y suramericanos este tipo de producción llamada también producción orgánica, se designó a esta modalidad como “la oportunidad comercial del futuro”…..

Pues se entiende fundamentalmente esta como una opción de vida, que depara un equilibrio integral entre producto – tierra y consumidor. Y que pretende satisfacer las necesidades alimentarias y de manutención de los habitantes del mundo, pero ante todo los amigos del planeta tierra.

Particularmente considero un gran logro el que muchos productores campesinos hayan buscado un proceso de certificación como productores orgánicos y la hayan obtenido mediante entidad certificadora debidamente avalada. Pues esto representa, además de un gran esfuerzo económico, la ejecución de una serie de procesos y protocolos complejos que avalan la idoneidad de un producto con sello verde.

No obstante, no todos los productores agropecuarios inmersos en el tema ecológico han tenido la misma oportunidad de acceder a una certificación de sello verde. Pero sabemos que lo están haciendo bien y los consumidores creen fervientemente en la pureza e idoneidad de ese proceso, y del producto que compran y consumen consuetudinariamente.

Hay un sinnúmero de experiencias exitosas que podemos comentar; en Argentina en las provincias de Entre Ríos y Misiones existen gran cantidad de productores silvopastoriles con producción de carne, huevo y leche. En el caso de los avicultores han logrado mejoramientos genéticos de sus estirpes aviares, mediante el uso de unidades reproductivas y la ayuda de una logística de incubación artificial, trabajando estirpes conocidas como la Rhode island red y orpintong, entre otras.

De otra parte, en Brasil se vive un gran entusiasmo con la producción de carne y huevos campesinos mediante la modalidad silvopastoril, en los estados de Rio grande do sul y Santa Catarina, donde existen no menos de 120 productores encausados en la producción de huevo ecológico y cerca de 140 productores encaminados a producir y vender carne ecológica a partir de estirpes como Plymouth Rock barrada y la conocida carioca (cuello pelado), que mediante un trabajo de mejoramiento genético con otras razas puras brasileras han logrado posicionarse con estirpes eficientes en conversión de carne, logrando pesos corporales por encima de 3.8 kg en periodos cercanos a 120 días,con dietas alternativas y el consumo sistemático de banco de proteínas con forrajeras muy similares a las obtenidas en el trópico ecuatorial (Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú). Todo lo anterior propiciado y fomentado por entidades estatales como el SENAR presente en los 27 estados brasileros, quienes han cualificado a los productores silvopastoriles y han facilitado un proceso de asociatividad que mediante la creación de unidades de incubación artificial comunal y pequeñas plantas de balanceo y mezcla de materias primas para elaboración de piensos,varios avicultores obtienen en forma planificada su genética aviar y alimentos que dan origen y vida a sus parcelas productivas, mediante la creación de las A.P.P (Alianzas Público Privadas con entidades estatales y/o del gobierno regional y local), modalidad esta, prevista en Colombia pero inoperante e inalcanzable para los pequeños productores, pues los montos previstos para concretar una alianza público privada prevé inversiones superiores a 6.000 salarios mínimos mensuales para el desarrollo del proyecto productivo.

No obstante a las limitantes, nos enorgullece conocer también experiencias exitosas en Colombia, pues hay diversos avicultores silvopastoriles muy avezados en el tema de producción limpia, que algunos sin estar certificados con sello verde (producto ecológico), venden abundantemente sus productos.

El departamento de Santander es representativo en ello, y pese a que allí se encuentra gran parte de la avicultura intensiva y altamente tecnificada de Colombia, podemos encontrar productos campesinos ecológicos bajo la modalidad silvopastoril, con productores elaborando dietas interesantes a partir de excedentes de plaza de mercado (zanahoria, plátano y otras hortalizas y verduras objetables organolépticamente para consumo humano).

No obstante, todo el panorama avícola de nuestros países es interesante y promisorio, pues los productores de este subsector de la economía suplen en gran medida la canasta familiar de los habitantes de cualquier país.

Es claro que existe una mala información sobre los productos avícolas (carne y huevos) en algunos sectores de la población de muchos países, respecto a la utilización de hormonas en la obtención de estos alimentos. Particularmente en el sistema de producción convencional, de hecho no existe ninguna razón para utilizar compuestos hormonales en la producción avícola. Fenavi en Colombia publicó resumen del estudio de Los docentes Nick Dale y Adam Davis profesores de ciencia avícola de la universidad de Georgia Atlanta EEUU, donde citan al menos seis razones económicas y científicas que desvirtúan este mito que afecta al subsector avícola y desorienta al consumidor habitual:

  • Simplemente, no es necesario el uso de hormonas: gracias a los avanzados trabajos en mejoramiento genético en los últimos 30 años de razas y líneas se ha logrado que el pollo logre el peso corporal de beneficio, un día antes por año. Adicional a ello, una dieta rica en proteínas, vitaminas y minerales, así como un correcto manejo en granja, ayudan a lograr la expresión genética en estas aves.
  • Las hormonas no son efectivas: de la misma forma que no convierte en superdotadas físicamente a las personas que se inyectas este tipo de sustancias, de tal forma que emplear hormonas en la producción de pollo no generará cambios en el desarrollo de esta especie, pues su corto periodo de vida no permitirá la asimilación de cargas hormonales.
  • Las hormonas podrían tener un impacto negativo en el desempeño del pollo: en razón a que este prácticamente vive al máximo su límite metabólico, incluso en ocasiones se recomienda la restricción alimenticia, con el objeto de reducir la velocidad de crecimiento y en países tropicales un incremento en la velocidad de crecimiento generara mortalidad de las aves por stress calórico.
  • La administración de hormonas es en extremo difícil: como las hormonas no se pueden administrar por vía oral, los pollos tendrían que ser inyectados por vía intravenosa, los cual resulta una práctica dispendiosa y costosa.
  • El costo de una aplicación hormonal seria elevado: tanto que si se administra 1 mg de dicha sustancia por pollo, su costo sobrepasaría el valor mismo del ave, lo cual no tendría ningún sentido desde el punto de vista comercial.
  • Se requiere esfuerzo físico para aumentar la masa muscular: el empleo de esteroides anabólicos para conseguir mayor masa muscular en pollo es imposible, sencillamente porque las aves tendrían que hacer ejercicio (como los deportistas que utilizan estas sustancias) para conseguir el efecto deseado.

Lo importante es que productores y consumidores tengamos claridad frente a estos y otros tópicos, pues sobre la aplicación de vacunas también hay comentarios inexactos que tratan de asociar a estas con fármacos, es decir que aplicar una vacuna es aplicar un medicamento. Lo cual es falso. Este concepto debemos depurarlo y por el contrario instar y divulgar a los productores independientemente de su nivel o tipo de producción, que debemos implementar protocolos de bioseguridad en cada granja de producción. De esta forma ganaremos una gran batalla en el control y erradicación de las patologías prevalentes y endémicas de nuestros países. Así abriremos las puertas al comercio internacional de nuestros productos, obtenidos bajo modalidad convencional, limpia, orgánica o agroecológica.

Comparto con ustedes la siguiente frase:

“El emprendimiento nace de una necesidad y es básicamente la consolidación de los sueños convertidos en una realidad empresarial”

GERMAN TOLEDO CESPEDES

Director Científico en genética y tecnología aviar
Centro de Incubación y Espécies Menores